Tuesday, August 08, 2006

Cómo conocí a la banda K! (Segunda parte)

Bien, después de terminar las labores del día y ya sin pendiente alguno, continúo con el relato. Nos quedamos en....

Mi hermano y yo estábamos muy emocionados por que a pesar de que Oscar y su familia jamás nos habían visto, nos abrieron las puertas de su casa y de su corazón. La primera impresión al entrar a su estudio fue la de haber sido transportados a otra dimensión (¡y creo que finalmente así fué! ): hacia cualquier lado que dirijieras tu mirada había algo interesante que te hacía soñar despierto, ya fuera arte original de algunos de sus colegas internacionales, posters y afiches de películas, hasta los lápices bien acomodados y los papeles de su lugar de trabajo eran intersantes, pues para un par de chamacos que habían vivido toda su vida viendo una misma cara de la realidad, era impresionante toparse de frente con algo nuevo, y lo mejor es que era maravilloso.




En esa ocasión también conocimos a Susy Romero, dueña de las quincenas de Oscar y quien en los años venideros se convertiría en mi maestra. Oscar y su papá revisaron nuestro trabajo y vieron que teníamos madera para desarrollarnos en el medio. En esta visita Oscar nos obsequió a mi hermano y a mí nuestro primer original realizado por un artista profesional, uno para cada uno. En cuanto tuve dinero lo enmarqué y lo guardo como uno de mis bienes más preciados colgado sobre mi lugar de trabajo.

El trato con Oscar, Susy y su familia se fue fortaleciendo con las visitas semanales o quincenales que hacíamos a su estudio y a la tienda de Urantia Blue (la cual pertenecía a uno de sus amigos) para que revisaran nuestro trabajo, hasta que un día nos invitó a la inauguración de su propia tienda: ¡Ka-boom! Cómics.

Fue en este lugar donde eventualmente me convertiría en encargada de la tienda y en donde muchos de los que ahora conformamos el estudio nos conocimos: Tona, Hoacho, Alex, Mau, Lalo y demás familia; reunidos por nuestro gusto tanto del arte como de la fantasía. Este era un lugar mágico, en donde la camaradería y la inocencia se unían dando como resultado la creación de nuevos y fuertes lazos no solo de amistad si no de hermandad, los cuales a pesar de todos los contratiempos y sin sabores a los cuales nos ha sometido la vida han soportado el paso del tiempo hasta hoy.

Las rísas, chistes, confidencias, puntadas y carcajadas que siempre nos han caracterizado comenzaron ahí, bajo un clima de confianza y cariñosa irreverencia que a algunos, más que ofender, nos hacía sentir apapachados.

Muchos sueños fueron acunados ahí, muchas ilusiones que apenas hora están comenzando a materializarse y que necesitan de nuestro cuidado y atención para que puedan crecer y concretarse. Así mismo, muchos de los amigos que tuvimos la dicha de conocer tomaron su propio rumbo (incluyendo a mi hermano), y algunos incluso han olvidado que alguna vez nos conocimos, pero estoy segura que en el fondo añoran esas épocas, recordando que todos veíamos el barco de Peter Pan y jugábamos en la Tierra de Nunca Jamás.

Sunday, August 06, 2006

Cómo conocí a la banda K! (Primera Parte)

Corrían los años ochenta y lo que más recuerdo con agrado de esa época son las caricaturas, la última salida de viaje a Veracruz y la adquisición de mi primer ejemplar de Karmatrón y los Transformables. Irónicamente fue mi hermana quien nos lo regaló a mi hermano más pequeño y a mí, y digo irónicamente por que llegado el momento, surgió una fuerte polémica no solo entre nosotras si no a nivel familar debido al contenido espiritual del cómic; pero esa es otra historia...



Recuerdo que fue el número cuatro de la ahora era clásica del cómic. Yo tenía 12 años y me encantó el dibujo y la historia que presentaba, sobre todo por que a esa edad yo ya era una asidua devoradora de libros, comenzando con la saga completa de El Señor de los Anillos, la cual dicen por ahí, es una lectura muy pesada para cualquier niño... Aunque lo mismo decían de Karmatrón.

El cómic fue un santuario en donde las turbulencias de la vida en una familia disfuncional podían ser olvidadas, dándote la oportunidad de soñar con las aventuras de Zacek y compañía, viajando a mundos maravillosos y compartiendo, sin saber, un poco del espíritu de su autor, Oscar González Loyo.



La primera vez que hice contacto un poco más directo con él fué cuando en una carta que mandé a la editorial -con todo y dibujo el cual fue publicado, dicho sea de paso- anexé el número de teléfono de mi casa y ¡qué sorpresa el recibir la llamada!
La verdad ya ni siquiera recuerdo cual fue el tema de conversación pues estaba super nerviosa, lo que sí recuerdo es que cuando colgué me puse a brincar como chapulín por toda la casa ante el asombro de toda mi familia.



Los siguientes fueron años muy grises y difíciles, sobre todo por que el boicot de las distribuidoras evitó que siguiera consiguiendo mi número semanal de Karmatrón, quitándome uno de los más importantes santuarios de paz y tranquilidad en donde podía refugiarme. Muchas cosas sucedieron es esa época que me dejaron marcada, muchas penurias y sufrimiento pues no encontraba un lugar al cual pertenecer, hasta que en 1993 redescubrí mi olvidada colección de Karmatrón, algunos de los números más antiguos deshojados y maltratados; pero que me hicieron recordar las aventuras que tuve en ese mundo maravilloso cuando era niña y cómo fue que perdí esos recuerdos y sentimientos, sacrificados por la madurez de una vida que te obliga a dejar de soñar. Al leer uno de los últimos números de mi colección, encontré uno de los tantos anuncios en donde Oscar nos pedía su apoyo para que la revista pudiera continuar, y decidí que sería increíble poder ayudar a que Karmatrón resurgiera. Juntando todos mis dibujos ( en esa época me gustaba mucho dibujar) y acompañada de mi hermano menor, nos decidimos a emprender la aventura, disfrazados de "tacuche", bien peinaditos y perfumados, pues no deseábamos dejar una mala impresión en nuestro primer encuentro en persona con Oscar y Karmatrón.
A decir verdad, la mala impresión vino después, cuando entramos en confianza y nos deschongamos... ¡Ja, ja! ¡No es cierto! (¿¿¿ O Siii ???).

continuará...

Saturday, August 05, 2006

Bienvenidos a mi blog!


Hola a todos!
Mi nombre es Rebeca Soriano, soy miembro de ¡Ka-boom! Estudio, una empresa mexicana que se dedica a la publicación de cómics, creación de mascotas publicitarias y cómic empresarial encaminados a la ciancia ficción y a la fantasía, la cual ya es muy escasa y más que necesaria en nuestros tiempos.
Es muy importante soñar y para muchos es la base de la fuerza y la tenacidad como verán si deciden quedarse y dejarme compartir con ustedes mis experiencias y las de mi familia, los Kaboones.